Empanadillas de pollo y algo más

*** Por regla general, las empanadillas se hacen cuando nos queda algún resto de carne o pescado, pero hacerlas de una forma diferente y cambiando un poco parte del relleno, hará que gusten más.

   INGREDIENTES:

 - Pollo sobrante de otra ocasión.
 - 3 tomates secos en aceite 
 - 3 cucharaditas de cebolla confitada
 - 1 cucharadita de piñones
 - 2 huevos pequeños cocidos
 - 1 paquete de obleas para empanadillas
 - Agua para sellar la masa
 - Aceite de oliva para freír

   ELABORACIÓN:

   Lo primero que tenemos que hacer es cocer los huevos durante 10 minutos en agua hirviendo y practicando un pinchazo en la parte de la base del huevo para evitar que se rompan al entrar en contacto con el agua hirviendo.

    Una vez cocidos, los retiramos del agua caliente y los enfriamos con agua fría.

   Sacamos el paquete de obleas que tenemos en el frigorífico y lo dejamos que tome temperatura ambiente sin abrir.

   Picamos el pollo lo más menudo que podamos en un plato, añadimos los piñones tal cual, la cebolla confitada y el tomate troceado.

   Si no tenemos cebolla confitada, podemos pochar un poco de cebolla y ponerle una pizca de azúcar.

   También podemos sustituir el tomate en aceite por un poco de tomate natural troceado y sin semillas.

   Pelamos los huevos y aplastamos con un tenedor para que queden triturados. Se añaden al pollo y mezclamos todo muy bien.

   Abrimos el paquete de masa para empanadillas y separamos un disco de masa con su papel que nos ayudará a manejar mejor la masa.

   Rellenamos con una cucharilla procurando no llenar demasiado porque se puede romper.

   Pincelamos el borde con un poco de agua fría.

   Doblamos la masa de forma que nos quede un cuadrado para variar de forma, pero si no somos capaces, podemos dar la forma clásica de media luna.

   Lo que sí es muy importante es el sellado de la masa, para ello presionamos con los dedos un poco húmedos.

   Cuando tengamos todas las empanadillas rellenas, ponemos una sartén al fuego medio con suficiente aceite.

   Freímos las empanadillas procurando que no queden pegadas unas a otras hasta que se doren. Les damos la vuelta y dejamos que se hagan por el otro lado.

   Sacamos y dejamos que escurran el aceite sobrante en un plato forrado con papel de cocina.


   Presentamos en una fuente o en un plato para que cada comensal se sirva.