*** En toda despensa que se precie no pueden faltar unas magdalenas caseras elaboradas con todo nuestro cariño. Harán disfrutar a grandes y pequeños de toda la casa.
INGREDIENTES:
- 1 yogur
- 1 medida de aceite de oliva
- 2 medidas de azúcar
- 3 medidas de harina para repostería
- 3 huevos frescos
- 1/2 sobre de levadura en polvo
- 1 sobre de gasificante para repostería
- Raspadura de limón
- Anís en grano
- Azúcar para decorar
ELABORACIÓN:
** Encendemos el horno a 190º en posición aire forzado o en su defecto calor en parte baja. Rejilla a media altúra.
En un bol grande ponemos el yogur, una medida del envase de yogur de aceite de oliva, las dos medidas de azúcar y la raspadura de un limón.
Batimos todo con ayuda de unas varillas metálicas y cuando lo tengamos bien ligado...
incorporamos los huevos uno a uno alternando con las tres medidas de harina.
Es muy importante mezclar con cuidado para que no queden grumos de harina, y en la última incorporación de harina añadiremos la levadura y el gasificante para reportería,
Dejamos que repose la masa mientras engrasamos los moldes para bollitos y espolvoreamos con un poco de harina para facilitar el desmoldado de las magdalenas cuando estén cocinadas.
Durante el tiempo de reposo podremos observar que la masa ha empezado a crecer y aparecen burbujas. Esto es efecto del gasificante.
Con ayuda de un cazo, rellenamos los huecos del molde procurando dejar una cuarta parte sin cubrir, ya que el efecto del calor hará que suban bastante y se pueden salir.
Espolvoreamos con azúcar y metemos al horno durante 15 minutos. Transcurrido éste tiempo, si vemos que les falta un poco de color, podemos encender el grill para que doren.
Mientras la primera hornada se hace, añadimos al resto de masa que nos queda una cucharadita de anís en grano y lo mezclamos un poco.
Colocamos una fuente de horno forrada de papel vegetal y sobre ella unos cestitos para magdalenas de un tamaño mediano.
Rellenamos los cestitos con el resto de la masa y espolvoreamos con azúcar y anises, pero ésta vez sólo la mitad.
El papel se suele abrir y si la masa sube mucho, se saldrá del molde y no quedarán bonitas.
Sacamos la primera hornada de magdalenas y metemos la fuente con la segunda tanda. Tendremos en cuenta la posición del calor en el horno, ya que si hemos puesto el grill para dorar, lo tendremos que quitar porque no dejaría subir la masa y la quemaría.
Desmoldamos las magdalenas cuando aun estén templadas y las colocamos sobre una rejilla para que terminen de enfriar.
Las magdalenas que tienen papel no es necesario que las desmoldemos, pero sí que las dejemos enfriar en la rejilla para que ventilen y no se humedezca el papel.
Una vez frías, se pueden guardar en una caja metálica con tapa y disfrutar de ellas a lo largo de la semana con una chocolatina, un café o simplemente sola. Cualquier momento es bueno para endulzarse el día.
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