*** Como he comentado en muchas ocasiones, el dejar que los niños entren en la cocina a una edad temprana para que manipulen y experimenten hace que poco a poco aprendan a defenderse e incluso a que sean ellos los que elaboren algunos de los platos que más les gusten.
Mi hijo Jaime entró en la cocina siendo muy pequeño. No tenia los 3 años y ya se manejaba con cierta soltura. Ahora no tiene ningún problema a la hora de elaborar platos curiosos y extraordinarios, con sus aderezos particulares que los personalizan. ¡Creo que tiene a quien parecerse!
INGREDIENTES:
- 2 vasos de harina de trigo fina
- 2 vasos de leche entera fresca
- 2 huevos gordos frescos
- 1 cucharada colmada de azúcar
- 25gr de mantequilla
- 1 cucharadita de levadura en polvo
- 1 pizca de sal
- 1 cucharadita de moka de esencia de vainilla líquida
Para acompañar podemos poner:
- Sirope de fresa, de chocolate o de caramelo
- Salsa de vino tinto
- Mermela
- Nata
ELABORACIÓN:
En un vaso de batidora ponemos las dos medidas de harina.
Dos huevos, las dos medidas de leche, el azúcar, la sal, la levadura, la mantequilla en punto pomada y la esencia de vainilla.
Metemos la batidora y batimos a media potencia hasta que se forme una crema densa.
Colocamos una sarten pequeña al fuego suave y la calentamos con una lasca de mantequilla. Cuando esté fundida, ponemos una cucharada de crema y dejamos que se haga por los dos lados.
Retiramos la primera tortita y deshechamos porque habrá cogido todo el sabor y el exceso de mantequilla.
Ahora que ya tenemos engrasada la sarten en su justa medida, ponemos un cazo de crema en la y la distribuimos por el fondo.
Dejamos que se haga despacio y cuando veamos que empiezan a salir agugeritos, podemos darle la vuelta.
Dejamos que se haga por la otra cara mirando de vez en cuando para evitar que se nos queme.
Aconsejo que pongamos dos sartenes para hacer más cantidades en menos tiempo.
Sacamos las tortitas a un plato y las aderezamos con el sirope que más nos guste, incluso podemos aprovechar esa salsa de vino tinto que nos ha quedado de las peras cocidas del otro día. Las salsas o mermeladas si son caseras mucho mejor, y si hacemos un chocolate ya ni os cuento.
Ahora solo queda que disfrutéis de un desayuno de domingo muy dulce, o de una merienda con los amigos de vuestros hijos.
La crema que nos quede se puede guardar bien tapada en el frigorífico para otro momento. Aguanta perfectamente de un día para otro.
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