En este blog podéis encontrar recetas sencillas con las que aprender a cocinar platos dulces o salados que nos abrirán un mundo de sabores, texturas y emociones para el paladar.
martes, 10 de junio de 2014
Pimientos del Piquillo rellenos de carne
*** Rellenar unos pimientos es laborioso, pero siempre podemos aprovechar y cocinar algo más de relleno, de esta forma lo podemos utilizar para elaborar otro plato. Como por ejemplo una lasaña.
INGREDIENTES:
- 10 o 12 pimientos del Piquillo
- 500g de ternera picada
- 2 cebolletas grandes con sus tallos
- 2 zanahorias grandes
- 2 tomates grandes y maduros
- 1 pimiento rojo asado
- 2 dientes de ajo
- 1 vaso de vino blanco
- 1/2 vaso de vino tinto
- 1 miga de pan del día anterior
- 2 huevos frescos
- 3 cucharadas de leche
- 3 cucharadas de harina
- 200ml de aceite de oliva
- 2 ramas de perejil
- Sal y una pizca de ajimolí
ELABORACIÓN:
Lo primero que tenemos que hacer es sacar los pimientos del tarro, limpiarlos de semillas y dejarlos que escurran.
Ponemos dos sartenes al fuego medio-bajo con dos cucharadas de aceite cada una. Limpiamos las cebolletas y una la picamos fina e incorporamos a una sarten, la otra junto con los tallos, se trocea más grande y se introduce en la otra sarten, les ponemos un poco de sal y las tapamos.
Pelamos las zanahorias y una de ellas la picamos muy menuda que añadimos a la cebolleta picada fina.
La otra zanahoria la troceamos un poco más grande para agregar a la sarten de la cebolleta cortada en trozos gordos. Tapamos las sartenes para que no pierdan jugo.
Pelamos los tomates, troceamos y cuando la cebolleta cortada en trozos gordos esté algo transparente, los añadimos removiendo un poco y volvemos a tapar dejando que se sofría lentamente.
Picamos las hojas del perejil ya lavadas y un diente de ajo, lo incorporamos a la otra sarten y mezclamos ayudándonos con una cuchara de madera. Añadimos la carne picada poniendo un poco de sal y ajimoí o pimienta molida. Removemos la carne para que se quede suelta y bien mezclada con las verduras. Subimos la fuerza del fuego y dejamos que se haga la carne durante dos minutos.
Pasado este tiempo agregamos el vino blanco, mezclamos y dejamos que reduzca mientras cuece.
Cortamos un trozo de pan del día anterior de unos 10cm, le retiramos la corteza, lo troceamos e introducimos en un cuenco junto con las 3 cucharadas de leche y el huevo. Batimos con ayuda de un tenedor hasta que obtengamos una crema.
Añadimos la crema a la carne, mezclamos con la cuchara y dejamos que se termine de cocinar durante 2 minutos más. Retiramos del fuego y reservamos.
Limpiamos el otro diente de ajo, lo picamos al tiempo que troceamos el pimiento asado y lo incorporamos todo a la fritada dejando que siga cocinándose.
Cuando notemos que ha perdido parte del jugo, ponemos la cucharadita de harina removiendo para que ligue y no se formen grumos.
Añadimos el jugo colado de los pimientos, mezclamos e incorporamos el vino tinto manteniendo la cocción durante unos minutos más. Retiramos del fuego y reservamos.
Rellenamos los pimientos con ayuda de una cucharilla poniendo al principio muy poca cantidad de carne y empujando con el mango de la cucharilla para que baje el relleno.
Vamos colocando los pimientos en un plato según los vamos rellenando.
Lo más seguro es que nos sobre una buena cantidad de carne que podremos utilizar para elaborar una lasaña, unos calabacines rellenos... o congelar y volver a rellenar otros pimientos en cualquier momento.
Enharinamos los pimientos mientras se calienta la sarten con el resto del aceite.
Cuando tome temperatura, bajamos a fuego medio y vamos pasando por el huevo batido uno a uno los pimientos a la vez que los metemos en la sarten.
Dejamos que tomen color y les damos la vuelta con ayuda de dos palas de madera. El rebozado tiene que estar totalmente hecho para que el pimiento quede bien sellado y evitar que se rompa o se salga durante la cocción en la salsa.
Sacamos los pimientos fritos a un plato forrado de papel de cocina y continuamos el proceso hasta que terminemos de hacerlos todos.
Pasamos la fritada de tomate por la batidora y salseamos con ella el fondo de una cazuela con poco fondo.
Colocamos los pimientos sobre la salsa de tomate y los cubrimos con el resto de la salsa. Los tapamos y ponemos al fuego mínimo dejando que se cocinen durante 10 minutos moviendo de vez en cuando la cazuela por las asas para evitar que se queden pegados al fondo y se rompan.
Servimos calientes con un poco de salsa por encima. Seguro que más de uno te pide que los vuelvas a hacer otro día porque quedan riquísimos.
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