*** El Gallo es un pescado que se puede cocinar de distintas formas, y si además lo presentamos ya limpio y sin espinas, los niños lo agradecerán.
INGREDIENTES:
- 2 gallos grandes
- 1/4 de cebolla dulce
- 1 diente de ajo mediano
- 2 ramas de perejil fresco
- 5 o 6 hebras de azafrán en rama
- 1 vaso de agua
- Sal y pimienta
- 2 cucharadas de aceite de oliva virgen
- 1 cucharadita de harina
ELABORACIÓN:
Cuando compremos los gallos, le pedimos al pescadero que los haga filetes y nos deje las espinas. Pero en ocasiones no lo hacen porque el tamaño del gallo no es lo suficientemente grande. En ese caso, no nos queda otro remedio y lo tendremos que hacer nosotros.
Una vez en casa, lavamos un poco las espinas y las ponemos dentro de una olla con el agua y dejamos que cueza hasta que reduzca a la mitad.
Colocamos una sartén mediana al fuego con una cucharada de aceite y mientras alcanza temperatura, picamos lo más fino que podamos el cuarto de cebolla que pondremos a pochar con una pizca de sal.
Pelamos el diente de ajo, lo troceamos junto con las hojas del perejil y lo majamos en el mortero. Se lo añadimos a la cebolla y dejamos que se haga un poco.
Esparcimos una cucharadita de harina y removemos para que se mezcle con los ingredientes de la sartén.
Incorporamos el caldo ya colado mientras movemos para que se forme una salsa fina y ligera.
Introducimos el azafrán un poco roto y dejamos que dé un hervor. Retiramos del fuego y reservamos.
Ponemos una plancha en el fuego grande pero a medio gas y limpiamos los filetes con papel de cocina. Salpimentamos y pincelamos la parte de la carne con un poco de aceite. De ésta forma, evitamos que se queden pegados y no nos excedamos en aceite.
Colocamos los filetes en la plancha por la parte de la carne hacia abajo y pincelamos la otra cara con el resto del aceite.
Dejamos que se cocinen a fuego medio durante 1 o 2 minutos por cada lado dependiendo del grosor del filete.
Calentamos un poco la salsa mientras se terminan de hacer los filetes y cuando presentemos en el plato, lo haremos colocando la piel hacia abajo. Regamos la carne con un poco de salsa y servimos inmediatamente para tomarlos calientes.
Seguro que a los niños les encanta y a los mayores también.
*** Nos acercamos a la Navidad y no está de más ir preparando alguno de los entrantes que nos gustaría ofrecer en la mesa.
INGREDIENTES:
- 2 lomos gordos de bacalao fresco
- 1/2 naranja
- La mitad del peso del bacalao en sal
- La mitad del peso del bacalao en azúcar
- Eneldo
- Pimienta negra molida
- Ajimolí
- 200ml de aceite de girasol
ELABORACIÓN:
Cuando compremos el bacalao, le pedimos al pescadero que lo limpie de espinas y nos separe los lomos gordos del resto, dejando cabeza por un lado, tripa y cola por otro.
Una vez en casa casa lavamos los lomos y los secamos con papel de cocina. Pesamos las dos piezas y preparamos la mezcla de sal y azúcar en la misma proporción. Por ejemplo, si los lomos pesan 900gr tendremos que mezclar 450gr de azúcar con 450gr de sal.
Pasamos los dedos sobre la carne para cerciorarnos de que no tiene espinas, pero si notamos alguna se puede quitar con ayuda de unas pinzas de depilar que tendremos para uso doméstico.
En una bandeja que se pueda cerrar ponemos un fondo de mezcla y colocamos los dos lomos sobre éste con la piel hacia abajo.
Cubrimos con eneldo seco, un poco de pimienta negra recién molida y una pizca de ajimolí.
Lavamos una naranja y cortamos unas rodajas finas que colocaremos sobre los lomos.
Cubrimos con el resto de mezcla procurando que quede bien tapado todo el bacalao. Tapamos y guardamos en el frigorífico durante 48 horas.
Transcurrido éste tiempo, sacamos los lomos del marinado y los pasamos ligeramente bajo el agua fría y secamos con papel de cocina.
Fileteamos el bacalao lo más fino que podamos y metemos en otra bandeja algo más pequeña.
Cubrimos con aceite de girasol y volvemos a guardar en el frigorífico otras 48 horas.
Sacamos los filetes del aceite y repartimos en raciones sobre film transparente. Sellamos bien para que no pierda aceite y guardamos en el congelador mínimo una semana.
Para consumir éstos filetes de bacalao marinado, solo tendremos que sacarlos del congelador un par de horas antes y presentar en una fuente adornada con unas rodajas de naranja regados con un chorro de aceite de oliva virgen.
Notareis que el marinado con el picante y la naranja le da un toque fresco y diferente.
Espero que os guste y disfrutéis de la degustación.
*** Estamos en temporada de setas, pero no todo el mundo se puede permitir el lujo de comprarlas en el mercado por el precio que tienen, así pues, no nos vamos a quedar con las ganas de comerlas y os doy una alternativa que, aunque no es igual de sabrosa, si es igual su presencia en la mesa.
INGREDIENTES:
- 450gr de setas variadas congeladas
- 1 cebolla mediana
- 1 diente de ajo
- 125gr de queso Mozzarella fresco
- 275gr de queso para untar
- 4 huevos frescos
- 1 cucharada de harina de maíz
- 50gr de piñones
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- 4 hojas de albahaca fresca
- Sal y pimienta
- Mantequilla y pan rallado para el molde
ELABORACIÓN:
* Encendemos el horno a 200º posición aire forzado o en su defecto calor en parte baja. Rejilla a media altura.
Descongelamos las setas y las ponemos a escurrir en un colador presionando con una cuchara para que suelten todo el agua posible. Las picamos en una picadora eléctrica y las reservamos.
Ponemos una sartén mediana en el fuego medio al mínimo y añadimos el aceite. Mientras se calienta, limpiamos la cebolla y la picamos lo más fina que podamos. La incorporamos a la sartén y salamos ligeramente para que suelte jugo y se quede transparente. Pelamos y picamos el ajo para añadirlo a la cebolla y dejar que se poche despacio.
Cuando tengamos la cebolla blandita, agregamos las setas picadas y subimos la fuerza del fuego para que no suelten demasiado agua. Rehogamos todo junto teniendo cuidado de que no se queme.
Mientras, ponemos en un bol grande los cuatro huevos, el queso Mozzarella, el queso de untar, la cuchara de harina de maíz y los piñones.
Trituramos todo con ayuda de una batidora y salpimentamos al gusto.
Añadimos el contenido de la sartén a esta crema y mezclamos con una cuchara.
Untamos de mantequilla el molde para 12 bollitos y lo espolvoreamos con un poco de pan rallado sacudiendo el sobrante.
Rellenamos las cavidades con ayuda de un cacillo y metemos al horno durante 10 minutos a 200º para bajar a 180º y dejar cocer 10 minutos más.
Sacamos del horno y dejamos que reposen sobre una rejilla.
Desmoldamos cuando aún estén algo calientes y los servimos con unas hebras de albahaca pasada por el calor de la sartén y unos piñones.
Está claro que esta receta mejora con setas de temporada, pero con las congeladas nos podemos apañar y sale mucho más asequible.
*** Mi tía Elisa tiene una mano para la cocina que ya quisiéramos muchos tener ese don.
Yo me conformo con disfrutar viéndola elaborar sus recetas de toda la vida y aprendiendo para poder transmitir a los míos una ciencia muy particular: " la gastronomía con cariño "
INGREDIENTES:
- 1 Pollo de corral troceado
- 1 cebolla gordita
- 2 dientes de ajo
- 2 huevos cocidos
- 2 cucharadas de almendra molida
- 1 cucharadita de harina de trigo
- 1 vaso de agua
- 50ml de aceite de oliva
- 2 ramas de perejil fresco
- Unas hebras de azafrán
- Sal
ELABORACIÓN:
Cuando compremos el pollo, le pedimos al pollero que le quite la piel y lo haga trozos gordos.
En una sartén grande y con fondo, ponemos el aceite y encendemos el fuego para que se caliente.
Limpiamos el pollo y lo salamos un poco. Cuando el aceite esté caliente, introducimos los trozos de pollo y dejamos que se dore por todas partes avivando un poco el fuego.
Una vez dorado, lo pasamos a una cazuela ancha y colamos el aceite para quitarle impurezas y poderlo reutilizar.
Colocamos una sartén mediana con dos cucharadas del aceite colado y picamos la cebolla en trozos menudos. La incorporamos a la sartén y dejamos que se poche despacio con una pizca de sal.
Pelamos los ajos y los majamos en el mortero junto con las hojas del perejil y una pizca de sal. Añadimos el majado a la cebolla para que se rehogue.
Cuando tengamos la cebolla bien blandita, la trituramos con una espátula de madera o con el mortero. Añadimos el sofrito al pollo y en la misma sartén ponemos una cucharada del aceite colado y la harina.
Doramos la harina y le añadimos poco a poco parte del agua para que se haga una salsa que agregaremos al pollo junto con el resto del agua.
Colocamos la cazuela en el fuego al mínimo y después de mezclar todo bien con la cuchara de palo, lo tapamos y dejamos que cueza durante media hora. Si durante éste tiempo, vemos que se consume el caldo, añadimos poco a poco agua caliente, pero poca porque no tiene que quedar caldoso.
Mientras se hace el pollo, cocemos dos huevos contando 10 minutos desde el momento de meterlos en el agua hirviendo. los enfriamos y pelamos. Separamos las claras de las yemas y trituramos con ayuda de un tenedor.
Levantamos la tapa de la cazuela y perfumamos el pollo con las hebras del azafrán dejando que suelten también su color. Removemos el pollo para que se mezcle el azafrán con la salsa y volvemos a tapar para que siga cociendo otros 10 o 15 minutos más.
Por último, incorporamos las dos cucharadas de almendra molida.
Movemos la cazuela por las asas para que ligue la salsa y añadimos el huevo cocido ya triturado. Tapamos y dejamos que repose 5 minutos antes de servir.
Si queréis un consejo, éste pollo mejora mucho si lo elaboramos la víspera porque los sabores de los ingredientes se entremezclan dejando una salsa espesa y sabrosa.