*** Los días lluviosos de otoño se prestan para estar en la cocina elaborando unas deliciosas pastas de dos colores con ayuda de los niños.
INGREDIENTES:
Masa blanca
- 175gr de harina fina y algo más
- 125gr de mantequilla
- 50gr de azúcar molido
- 2 cucharadas de nata líquida
Masa negra
- 160gr de harina fina y algo más
- 125gr de mantequilla
- 50gr de azúcar molido
- 15gr de cacao puro en polvo
- 2 cucharadas de nata líquida
ELABORACIÓN:
En un bol grande ponemos la harina y el azúcar molido, lo tamizamos con ayuda de las varillas metálicas para que se rompan los grumos y se mezclen los dos ingredientes. Añadimos la mantequilla a punto pomada y trabajamos con la mano hasta que se ligue y nos quede una masa espesa.
Incorporamos la nata y seguimos trabajando con la mano, pero en este punto, tendremos que ir añadiendo poco a poco harina hasta obtener una masa compacta. La envolvemos con film transparente y guardamos en el frigorífico durante 1 hora mínimo.
Limpiamos un poco el bol y elaboramos la masa negra de la misma forma que la blanca, pero en este caso tendremos que añadir el cacao en polvo junto con la harina y el azúcar.
Una vez obtenida la masa negra, envolvemos en papel film transparente y guardamos en el frigorífico durante 1 hora mínimo.
Si no tenemos azúcar molido, podemos moler azúcar granulada con un molinillo de café. Siempre sale más económica y no se tarda nada en hacerlo.
** Encendemos el horno a 190º posición aire forzado o en su defecto calor en parte baja. Rejilla a media altura.
Sacamos las dos bolas de masa del frigorífico y las dividimos en cuatro partes iguales.
Forramos la superficie de trabajo con film transparente y trabajamos una parte de masa blanca y otra de masa negra formando dos churros. Aquí es donde entra en juego la ayuda de los niños.
Cubrimos los dos churros de masa con film transparente y estiramos con ayuda de un rodillo.
Procuramos que las dos piezas nos queden lo más iguales posible y las montamos una sobre otra.
Enrollamos sobre sí las dos masas ayudándonos con el film de la superficie y la mano.
Cortamos piezas de medio centímetro con ayuda de un cuchillo bien afilado.
Pedimos a los niños que las coloquen sobre el papel vegetal que tenemos forrando la bandeja del horno un poco separadas y las metemos al horno durante 15 o 20 minutos dependiendo del tamaño y grosor de las piezas.
Mientras se hornean podemos preparar otro churro blanco y negro que dividiremos a su vez en dos y volvemos a formar en churro.
Colocamos los cuatro churros en paralelo alternando los colores.
Los montamos formando una pieza que simule los cuadros de un tablero de ajedrez y los presionamos un poco para que se queden unidos.
Cortamos en trozos de medio centímetro y pedimos a los niños que los coloquen el la bandeja forrada con papel vegetal.
Para entonces ya se habrán horneado las primeras pastas. Las sacamos del horno con ayuda de unos guantes y procurando que los niños no estén cerca para evitar quemaduras. Dejamos que se enfríen un poco colocando la bandeja sobre una rejilla y metemos la segunda tanda en el horno.
Como el horno ya tiene temperatura, es posible que no necesiten tanto tiempo como las primeras en hacerse, por lo que dejaremos que horneen durante 12 minutos y si vemos que les falta un poco, ampliamos a 15.
Seguimos haciendo churros pero en esta ocasión, uno de ellos lo estiramos con el rodillo formando una base plana de la misma longitud que el cilindro.
Colocamos el churro sobre la pieza de masa plana y lo envolvemos dejando una figura cilíndrica con el interior de un color y el exterior de otro.
Rebanamos en piezas de medio centímetro y colocamos en la bandeja de la primera tanda de pastas que ya estarán templadas y podremos colocar sobre la rejilla para que terminen de enfriarse.
Sacamos la segunda tanda de pastas del horno y metemos una tercera controlando el tiempo de cocción que no será más de 12 minutos.
Trabajamos las dos piezas de masa que nos quedan de la misma forma que la anterior, pero a la inversa.
Cortamos en porciones de medio centímetro y colocamos en la bandeja de la segunda tanda de pastas horneadas.
Sacamos la tercera tanda de pastas y metemos al horno la cuarta y ultima bandeja.
Cuando tengamos todas las pastas horneadas y frías, se pueden guardar en una caja de chapa protegidas con papel de cocina y estando bien cerradas pueden aguantar perfectamente 4 o 5 días si antes no se las han comido los niños.
Os aseguro que están deliciosas y que el rato que pasan los niños ayudando en la cocina será de lo más divertido y gratificante.
Riquísimos. Mayte tiene unas manos para la repostería, que ole, ole !!!!
ResponderEliminarMuchas gracias anónimo!!!
EliminarMe alegra escuchar elogios tan gratos. Solo espero que sigas elaborando mis recetas para repartir "dulzura" a los tuyos.
Un saludo.