*** Lo más importante para que nos salga una buena fabada es la calidad de las judías y que la morcilla y el chorizo sean asturianos.
INGREDIENTES:
- 400g de judía blanca gorda
- 200g de panceta fresca entreverada
- 2 chorizos frescos asturianos
- 1 morcilla fresca asturiana
- 1 cebolleta
- 3 o 4 dientes de ajo
- 8 o 10 granos de pimienta negra
- Agua
- Sal
ELABORACIÓN:
Yo suelo comprar la legumbre en la tienda de encurtidos y me dejo aconsejar por la dependienta.
Para esta fabada he escogido una judía blanca gorda y no el judión. Creo que la textura es mucho más fina y cremosa.
Ponemos las judías a remojo 24 horas para que queden completamente hidratadas y de esta forma nos quedarán tiernas y no se desprenderá la piel.
Colocamos una cazuela al fuego mínimo con las judías ya hidratadas, agua en abundancia, la cebolleta , los ajos enteros y los granos de pimienta. Las tapamos y dejamos que alcancen temperatura.
Veremos que sueltan una espuma que retiraremos con ayuda de un cucharón para dejar el agua límpia. Añadimos la panceta y los chorizos troceados. Tapamos y dejamos que cuaza durante hora y media como mínimo a fuego lento.
Pasado este tiempo, metemos la morcilla entera y sin pinchar. Volvemos a tapar y dejamos que siga cociendo durante otra hora y media.
Si vemos que la morcilla se empieza a romper, la sacamos junto con un poco de caldo y la terminamos de cocer por separado.
Probamos el punto de sal y la dureza de las judías. Si están tiernas las podemos retirar del fuego y dejar que reposen.
Si queréis un consejo, quedan mucho mejor de un día para otro y el caldo se liga un poco más. Sólo tendremos que calentarlas y listo.
Las servimos en un plato con unos trozos de morcilla, chorizo y panceta, avisando a los comensales de la existencia de los granos de pimienta para que no se los coman y les estropee la degustación.
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