lunes, 7 de marzo de 2016

Un plato de bacalao con algo más


   *** Ayer hice revisión en la nevera y viendo que tenía que cocinar unas verduras para que no se estropeasen, reorganicé la comida del día siguiente. Siempre hay formas de dar salida a esos productos a los que les queda poco tiempo para caducar o que vemos que se están empezando a estropear. Por ello, es muy importante vigilar de forma periódica lo que tenemos en el frigorífico, congelador y despensa.

   INGREDIENTES:

 - 1/2 pimiento rojo
 - 1 pimiento verde
 - 1/2 calabacín
 - 1/2 cebolla dulce
 - 1/2 puerro
 - 4 patatas medianas
 - 4 piezas de bacalao desalado congelado
 - 1/2 vaso de aceite de oliva virgen
 - Sal

   ELABORACIÓN:

   Limpiamos las verduras, las cortamos en dados lo más pequeño que podamos y ponemos a pochar en una sartén con dos cucharadas de aceite y el fuego a media potencia empezando por los pimientos, seguido de la cebolla y el puerro y por último el calabacín, añadiendo una pizca de sal al principio. Dejamos que se haga despacio y tapando la sartén para que suelten jugo las verduras. Cuando las tengamos suaves y tiernas, las pasamos a una fuente refractaria y las reservamos.

   Limpiamos la sartén con un poco de papel de cocina y le ponemos el aceite restante. Mientras se calienta, pelamos, lavamos y cortamos las patatas en rodajas de unos 3 o 4 mm de grosor. Las salamos ligeramente y las pasamos al aceite para que se doren y se hagan por dentro.

   Una vez fritas las patatas, las pasamos a la fuente donde terminaremos de cocinar el plato y las reservamos junto a la fritada dentro del horno a una temperatura de unos 90º.

   En el aceite de freír las patatas, ponemos los trozos de bacalao ya descongelados y dejamos que se hagan por los dos lados a la vez que movemos la sartén para que su jugo se ligue con el aceite y se forme un pilpil. 

   Es muy importante mantener una temperatura baja, pero no en exceso para que se cocine el bacalao suavemente y no se quede seco. El tiempo dependerá del grosor de las piezas, pero no más de 10 minutos en total.

   Sacamos las patatas del horno con ayuda de unos guantes de cocina para no quemarnos y les ponemos el bacalao encima.

   A continuación, cubrimos con parte de las verduras dejando el resto en la fuente. Tal cual está, se puede llevar a la mesa y servir junto con el resto de la fritada y la salsa pilpil.

   Para emplatar, colocamos el bacalao con su cama de patatas y regamos con unas cucharadas de pilpil.   

   Este es el resultado de un plato que en un principio no estaba pensado hacerse ese día. No está mal ¿ no ?

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