En este blog podéis encontrar recetas sencillas con las que aprender a cocinar platos dulces o salados que nos abrirán un mundo de sabores, texturas y emociones para el paladar.
martes, 27 de mayo de 2014
Pechuga de pollo con espinacas
*** Yo siempre he dicho que, un buen cocinero, además de saber cocinar y hacerlo bien, tiene que tener la habilidad de crear cualquier plato con lo que se encuentra en el frigorífico o despensa. No tenemos que temer a preparar aquellos platos que se nos ocurran. De esta forma podemos aprender y de paso, ampliar nuestras propias recetas originales que podremos ofrecer en cualquier momento a todos aquellos que compartan nuestros gustos gastronómicos.
INGREDIENTES:
- 1 pechuga de pollo fileteada fina
- 150g de brotes de espinaca fresca
- 2 o 3 ciruelas pasas deshuesadas
- 1 cucharada de pasas sin semilla
- 1 cucharada de piñones
- 2 cucharadas de aceite de oliva virgen
- Sal normal y en escamas
ELABORACIÓN:
Lavamos en agua fría las espinacas y las escurrimos bien para que no les quede agua. Se cortan en juliana y reservamos.
Colocamos sobre la tabla los filetes de pechuga, los salamos ligeramente por las dos caras y rellenamos la mitad de ellos con unas tiras de espinacas y láminas de ciruela.
Cubrimos el relleno con otro filete de igual tamaño y forma. Presionamos ligeramente por los bordes para que no se separe la carne cuando la cocinemos.
Colocamos una plancha o sarten al fuego con una cucharada de aceite. Cuando alcance temperatura, ponemos los filetes rellenos y dejamos que se hagan con el fuego medio-bajo. De esta forma quedan hechos por dentro y no se queman.
Les damos la vuelta con ayuda de dos palas de madera anchas y cocinamos por el otro lado de igual manera.
Cuando tengamos las pechugas a falta de dos minutos para terminar de hacerse, preparamos la guarnición en una sarten a la que habremos puesto una cucharada de aceite y mientras se calienta al mínimo, ponemos las pasas y los piñones para que aromaticen el aceite, se hidraten las pasas y se doren los piñones.
Añadimos las espinacas restantes y rehogamos ligeramente durante medio minuto.
Presentamos una pechuga por comensal en platos individuales y las acompañamos con una porción de espinacas salteadas y una pizca de sal en escamas sobre éstas.
El contraste de sabores es sorprendente y las espinacas al no estar totalmente crudas tienen una textura más suave.
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