*** En ocasiones tenemos que ofrecer una cena informal para los amigos y no se nos ocurre nada...
Elaborar cosas de picoteo lleva su tiempo, pero si nos organizamos, podemos adelantar mucho trabajo preparando con antelación y congelando. De ésta forma, sólo tendremos que freír y servir.
En esta receta os propongo un relleno de espinacas, pero lo podéis cambiar y adecuarlo al gusto de los comensales.
INGREDIENTES:
- 1 paquete de espinacas congeladas
- 100gr de jamón York
- 2 o 3 ciruelas secas
- 1 cucharada de piñones
- 1 cucharada colmada de harina fina
- 1 cucharada colmada de queso en polvo
- 1 vaso de leche entera
- 8 láminas de pasta filo
- 150ml de aceite de oliva
- Sal ( opcional )
- Pimienta y nuez moscada
- Salsas variadas
ELABORACIÓN:
Sacamos las espinacas del congelador y dejamos que se descongelen con tiempo en el frigorífico, pero también podemos descongelarlas en el microondas tapadas para que no pierdan jugo.
Ponemos una sartén en el fuego medio con una cucharada de aceite de oliva y salteamos las espinacas con el jugo que han soltado dejándolas tapadas para que se cocinen mientras van perdiendo agua. 
Troceamos el jamón de York y lo salteamos en otra sartén con unas gotas de aceite.Cuando esté dorado, lo retiramos del fuego y reservamos.
Picamos las ciruelas lo más pequeñas posible y las juntamos con los piñones. Procuraremos que sea la misma cantidad de ciruela que de piñones en volumen.
Agregamos los frutos secos al jamón salteado y lo mezclamos un poco. Dejamos que repose tapado.
Una vez hechas las espinacas, les ponemos la cucharada de harina y removemos para que se reparta.
Añadimos poco a poco la leche mientras mezclamos con ayuda de un tenedor de madera. Es posible que no haga falta poner toda la leche, porque lo que queremos es que quede una crema ligada con las espinacas y si nos queda demasiado líquida, nos será más difícil trabajar el relleno.
Incorporamos el queso en polvo que perfectamente puede ser uno que tengamos en el frigorífico ya curado. Removemos bien y dejamos que se funda con la crema.
Juntamos el contenido de las dos sartenes en una y mezclamos el relleno. Es justo en éste punto cuando podemos poner un poco de sal si fuese necesario. Otra opción es poner un poco de pimienta recién molida o nuez moscada racien molida. Todo aquello que pongamos para aromatizar nos hará más sutiles los alimentos y nuestro paladar lo agradecerá.Dejamos que enfríe un poco el relleno pero manteniéndolo tapado, así evitamos que se reseque.
Sacamos las láminas de pasta filo del paquete y las dividimos en cuatro. Yo recomiendo cortar la mitad y cuando las terminemos, dividimos el resto según la cantidad de relleno que nos quede.Procedemos a rellenar cada cuadrante de pasta filo con una cucharada de espinacas. Mi consejo es colocar las espinacas un poco descentradas hacia abajo para que podamos doblar la masa tres veces y de ésta forma el librito tenga las mismas capas de pasta.
Es muy importante pincelar con un poco de agua las dobleces para que la masa selle y no se abra al freír.
Según rellenamos, podemos colocar los libritos en un tháper forrado con papel vegetal que separe los libritos unos de otros.
Una vez terminados de rellenar, guardamos bien tapados en el frigorífico si los queremos para la noche, o pasar al congelador para cuando nos hagan falta. Sólo tendremos que descongelar con un poco de tiempo y freír.
Para freír los libritos, ponemos una sartén mediana con abundante aceite sobre el fuego medio-fuerte. Cuando tome temperatura, metemos de uno en uno los libritos procurando que no se junten mientras se hacen.
En el momento que empiecen a coger color dorado, les damos la vuelta y dejamos que se hagan por el otro lado. Los sacamos a un plato forrado con papel vegetal para que suelten el exceso de aceite. Repetiremos el mismo proceso mientras nos queden libritos.
Servimos los libritos sobre una fuente decorada con un poco de ensalada o unos cuenquitos con salsas variadas para mojar en ellos.
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