*** En ocasiones, las partes más feas son despreciadas por consumidores que no conocen muy bien las piezas. Lo normal es que se compren rodajas gordas, pero lo cierto es, que tanto la ventresca como el cogote son las partes más jugosas y tiernas siempre y cuando se cocinen correctamente.
INGREDIENTES:
- 1 ventresca fresca
- 2 o 3 dientes de ajo
- 4 hojas de laurel pequeñas
- 3 chucharadas de aceite de oliva
- 1 cucharada de vinagre de jerez
- Sal
ELABORACIÓN:
Cuando compremos la ventresca, nos fijamos que esté lo más sonrosada posible y sin golpes ni manchas.
Una vez en casa, la limpiamos y lavamos bajo el grifo para quitarle los restos de sangre y escamas. La dejamos escurrir.
Encendemos el horno a 180º en posición calor parte baja. Rejilla a media altura.
Preparamos una bandeja de barro con un fondo de aceite, colocamos la ventresca con la piel hacia abajo, la salamos, fileteamos los ajos no muy finos y los repartimos sobre la carne. Regamos con el resto del aceite y el vinagre. También podemos sustituir el vinagre por zumo de limón.
Metemos al horno durante 15 minutos y sacamos, dejándola templar un poco en la misma fuente.
Retiramos los ajos, las hojas de laurel y el jugo que nos ha quedado en la bandeja después del asado.
Cuando podamos tocarla sin quemarnos, vamos limpiando de la piel superior ayudados de la punta de un cuchillo y las manos que deberán estar bien limpias.
Después hacemos un corte con el cuchillo por la parte centrad para que nos sea más fácil desprender las láminas pero ésta vez con los dedos.
Colocamos las láminas en un plato según las vamos sacando.
Cuando tengamos toda la ventresca limpia, presentamos en platos y decoramos con unos filetes de ajo y unas hojas de laurel del asado. Regamos con parte del jugo y servimos.
Si queremos mantener la ventresca templada, podemos pasarla al horno una vez colocada en los platos mientras ponemos la mesa.
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