*** En ocasiones tenemos muy poco tiempo para elaborar un bizcocho o simplemente no queremos consumir tanta electricidad con el horno convencional. Sea cual sea la razón, aquí tenéis una receta muy resultona de un bizcocho cocinado en microondas.
INGREDIENTES:
- 90g de harina
- 75g de azúcar moreno
- 75g de azúcar blanco
- 2 huevos frescos
- 175g de calabaza dulce
- 50ml de aceite de oliva suave
- 50g de nueces peladas
- 1 cucharadita de canela molida
- 10g de levadura polvo
ELABORACIÓN:
Limpiamos la calabaza de corteza y semillas. Hacemos trozos pequeños y los metemos en la picadora eléctrica.
Cuando tengamos la calabaza bien picada, le añadimos los dos tipos de azúcar.
Si queréis que os quede más oscuro el bizcocho, podéis poner toda la medida de azúcar moreno.
Continuamos triturando hasta obtener un puré.
Volcamos el puré en un bol mediano y le incorporamos el aceite que ligaremos con ayuda de unas varillas manuales, para seguidamente añadir los huevos y seguir mezclando.
Por ultimo agregamos la harina, la canela y la levadura. Removemos con movimientos envolventes para que no queden grumos.
Untamos de aceite o mantequilla un molde de cristal y le espolvoreamos un poco de harina retirando la sobrante con un golpe seco boca abajo.
Vertemos la masa del bol en el molde y decoramos con las nueces troceadas. También podemos picarlas e introducirlas en la masa junto con la harina.
Tapamos el molde con su tapa presionando bien para cerciorarnos de que queda completamente cerrado. Metemos en el microondas y programamos 7 minutos a máxima potencia.
Cuando termine el tiempo de cocción, nos protegemos las manos con unos guantes de cocina y con mucho cuidado, destapamos ligeramente por un lado el molde liberando el vapor que se ha generado dentro. Es muy importante tener bien protegidas las manos para evitar quemaduras con el vapor. Después de esta operación, sacamos el molde del microondas y lo destapamos por completo para evitar que se humedezca el bizcocho.
Dejamos que se temple un poco antes de desmoldar en un plato, donde continuará reposando hasta que se enfríe totalmente para su posterior degustación.
Para conservar el bizcocho que sobre, se debe meter en un recipiente con tapa para evitar que se quede seco y duro.
Si os gusta este bizcocho, podéis probar a cambiar su sabor sustituyendo la calabaza por otros ingredientes como manzana, zanahoria, plátano, chocolate...
*** Este plato lo he elaborado con setas de cardo compradas en el mercado, pero se puede hacer con otro tipo de setas de temporada. El sabor cambia, porque cada seta tiene su aroma y textura particular. Y el ponerle unos buñuelos de almendra, le da un toque característico a este plato de cuchara tan otoñal.
INGREDIENTES:
- 200g de setas de cardo
- 1 cebolla pequeña
- 2 dientes de ajo
- 4 ramas de perejil fresco
- 3 o 4 patatas medianas
- 100g de miga de pan duro
- 2 huevos
- 1 vaso de leche
- 1 cucharada colmada de almendra picada
- 1l de agua o caldo de verduras
- Aceite de oliva
- Sal y pimienta
ELABORACIÓN:
Con el pan que se nos queda duro de días anteriores, le quitamos la corteza y dejamos solo la miga.
En un bol mediano, batimos los huevos y le incorporamos la mitad de la leche.
Introducimos la miga de pan troceada y con ayuda de un tenedor la vamos rompiendo. Añadimos el resto de la leche poco a poco para que el pan se hidrate y quede una masa blanda y con cierta consistencia. Dejamos que repose mientras seguimos con la elaboración.
Ponemos una olla al fuego con 2 cucharadas de aceite de oliva virgen y dejamos que se caliente a fuego suave mientras limpiamos la cebolla y la picamos muy fina.
Pochamos la cebolla con una pizca de sal y tapada para que no pierda jugo y quede tierna.
Limpiamos las setas con papel de cocina y las fileteamos.
Cuando tengamos la cebolla dorada, agregamos las setas. Removemos con ayuda de un cucharón de madera y dejamos que se rehoguen subiendo un poco la fuerza del fuego.
Limpiamos los ajos y los ponemos en el mortero ya troceados junto con las hojas del perejil fresco. Majamos con una pizca de sal y añadimos la mitad a las setas.
Removemos las setas para que se mezclen con el majado de ajo y perejil dejando que se cocine durante dos minutos.
Pelamos las patatas, lavamos y troceamos procurando que quede una parte chascada.
Agregamos el agua o el caldo de verduras a la olla que previamente habremos calentado en el microondas para no bajar la temperatura al guiso.
Incorporamos las patatas y salamos al gusto. Dejamos que cuezan con la tapa entreabierta para que no pierda mucho caldo. Pero si vemos que reduce demasiado, siempre se puede añadir agua bien caliente.
Mientras se hacen las patatas, terminamos de elaborar los buñuelos poniendo el resto del majado de ajo y perejil. Mezclamos con el tenedor para que se incorpore bien a la masa.
Añadimos la cucharada de almendra picada y una pizca de sal. Removemos y dejamos que repose mientras se calienta el aceite en la sartén.
Cuando el aceite alcance temperatura, vamos poniendo una cucharada de masa de pan con mucho cuidado para que no salpique y nos quede una forma ovalada perfecta.
Dejamos que se doren por los dos lados y los sacamos a un plato con papel de cocina para que absorba el aceite sobrante.
Cuando tengamos todos los buñuelos fritos y las patatas cocidas, servimos los platos con un poco de pimienta recién molida y un buñuelo o dos dentro del plato para que se empapen y se queden esponjosos.
El resto de buñuelos se sirven en una bandeja para que los comensales se los añadan al plato a su gusto.
*** La época de moras es finales de agosto y principios de septiembre, por lo que hay que aprovechar el momento y salir a dar un buen paseo a las zonas donde se encuentran los zarzales, procurando coger las que quedan en caminos para evitar la contaminación de los coches.
INGREDIENTES:
- 2k de moras silvestres
- 100ml de agua
- 500g de azúcar
- 1 limón
- 1 palo de canela
- 6 láminas de gelatina neutra
ELABORACIÓN:
Cuando cojamos las moras, es preciso que escojamos las que están en su punto de madurez. Eso se sabe porque se desprende del tallo al hacer un giro sin apenas fuerza.
También es aconsejable trasportarlas en un recipiente como un cubo o similar, nunca en bolsa de plástico porque se aplastan y lo que queremos es que lleguen en perfecto estado para que no se estropeen.
Una vez en casa, procedemos a pesarlas para saber la proporción de azúcar que debemos poner a la elaboración de la mermelada.
Lavamos las moras sumergidas en agua y pasando por el chorro del grifo las que vamos sacando para verificar que no les queda nada de suciedad.
Ponemos las moras en una olla al fuego fuerte, les añadimos el zumo de un limón y el agua.
Después ponemos un palo de canela y el azúcar. Removemos con una cuchara metálica y dejamos que rompa a hervir. Bajamos la fuerza del fuego al mínimo sin tapar la olla. El tiempo de cocción dependerá de la cantidad, pero para 2k necesita entre 2 y 3 horas.
De vez en cuando, movemos las moras para que el azúcar no se quede agarrado al fondo.
Cuando retiremos la olla del fuego, diluimos las hojas de gelatina que habremos hidratado en agua fría con anterioridad y las mezclamos con ayuda de la cuchara.
Rellenamos los tarros que tenemos preparados para conservar hasta el borde que rebose.
Cerramos con la tapa apretando bien y limpiamos con papel de cocina. Damos la vuelta al tarro para que se haga el vacío y dejamos que se enfríen por completo.
Decorarlos con un trozo de servilleta de colores y un cordel.
Se pueden conservar en un lugar seco y fresco, pero una vez abierto un tarro, hay que mantenerlo en el frigorífico.