lunes, 5 de diciembre de 2016

Ensalada con vinagreta de pimiento y semillas


   *** Aunque no lo parezca, podríamos estar tomando una ensalada diaria y no repetir la misma con sus mismos ingredientes en muchos meses. Hay tanta variedad como imaginación queramos poner en sus elaboraciones. Esta es una de esas ensaladas que surgieron con lo que tenía en casa, y os aseguro que nos gustó a todos por su frescura, textura y sabores diferentes en un mismo bocado.

   INGREDIENTES:

 - 1/2 bolsa de mezcla de lechugas y brotes
 - 1/2 manzana Royal Gala
 - 1/2 aguacate 
 - 4 o 5 rodajas de queso rulo de cabra
 - 2 cucharaditas de pimiento del piquillo caramelizado
 - 3 cucharadas de aceite de oliva virgen
 - 1 cucharadita de vinagre de Jerez 
 - 1 cucharada de mezcla de semillas
 - Sal

   ELABORACIÓN:

   Lo primero que tenemos que tener claro a la hora de elaborar una ensalada, es el aliño que le queremos poner, porque será el alma de dicha ensalada. Yo opté por hacer una vinagreta con pimiento del piquillo caramelizado. Primero porque tenía un tarro abierto de una elaboración con solomillo de días anteriores y me pareció buena combinación para dar ese toque de color y sabor a los ingredientes que formarían el conjunto del plato, y segundo porque la cantidad que quedaba era tan poca, que se terminaría olvidando en el fondo del frigorífico y estropeándose. Como ya os he dicho en muchas ocasiones, hay que dar salida a los alimentos para no tirar nada.

   Para el aliño necesitamos un tarro de cristal con tapa y no muy grande. En el pondremos las cucharaditas de pimiento, el aceite de oliva, el vinagre de Jerez y una pizca de sal.


   Batimos con la cucharilla o un tenedor de postre hasta ligar completamente la vinagreta. Tapamos el tarro y reservamos en el frigorífico.


   Lavamos la manzana y abrimos el aguacate para cerciorarnos que está en su punto de maduración y con un color uniforme sin manchas.


   Pelamos el aguacate y lo cortamos en gajos no mas gordos de 5mm. Reservamos.


   Partimos la manzana por la mitad y limpiamos de semillas. Practicamos cortes en láminas de 2 a 3 mm como máximo. Reservamos.


   Escogemos una fuente para ensalada y repartimos las hojas de lechugas y brotes procurando que los colores se alternen, dejando las más vistosas en la parte exterior.



   Espolvoreamos una pizca de sal y vamos colocando los gajos de aguacate sobre las lechugas.


   Continuamos con las láminas de manzana que alternarán de forma alocada entre el aguacate y las lechugas.


   Cortamos unas rodajas de queso rulo de cabra que romperemos y esparciremos sobre los ingredientes ya puestos. No es conveniente poner en exceso, ya que tiene mucha potencia y nos anularía el resto de sabores.


   Sacamos la vinagreta de la nevera y la volvemos a agitar si vemos que se ha soltado. Aliñamos con ella nuestra ensalada dando toques de color y brillo.


   Por ultimo, se espolvorean las semillas de sésamo, lino marrón, amapola, pipas de girasol y calabaza por encima de los ingredientes, procurando que queden las más grandes en lugares vistosos. 




   Ya no queda más que servir y disfrutar de la armonía que genera un bocado en nuestro paladar.






lunes, 14 de noviembre de 2016

Tarta Frutos del Bosque

 *** Elaborar una tarta personalizada y que sea diferente a todas las que tengo editadas en mi blog, es todo un reto. Hay que pensar en la conjugación de los ingredientes y que su mezcla sea armónica procurando que destaque el aroma principal, que en este caso eran los frutos del bosque. El toque decorativo queda al gusto de quien la elabore, pues no hay nada como disfrutar creando una decoración propia.

   INGREDIENTES:

 - 2 yogures sabor frutos del bosque
 - 2 medidas de aceite de girasol
 - 4 medidas de azúcar
 - 6 medidas de harina fina de trigo
 - 6-8 huevos según tamaño
 - 2 sobres de levadura en polvo
 - 2 cucharadas colmadas de azúcar glas
 - 5 cucharadas de azúcar
 - 500ml de agua
 - 700g de mermelada de frutos del bosque
 - 500g de queso mascarpone
 - 1,2l de nata para montar
 - Fondant color violeta
 - Corazones y perlas de azúcar

   ELABORACIÓN:

   * Encendemos el horno a 180º en posición aire con calor parte baja. Rejilla a media altura.

   Forramos el fondo de un molde rectangular con papel vegetal y engrasamos los bordes. Mezclamos los ingredientes tal y como ya os he explicado en otras recetas de bizcocho. Vertemos en el molde 3/4 partes de la masa reservando una parte para mezclar con 4 cucharadas de mermelada ya tamizada para eliminar las semillas. Repartimos esta crema más oscura sobre la anterior y añadimos unas cucharadas de mermelada para conseguir un efecto más marmolado haciendo garabatos con la punta de un cuchillo. Metemos al horno durante 45 minutos sin abrir para que no se baje.

   Mientras se hace el bizcocho, elaboramos el almíbar poniendo 5 cucharadas de azúcar en un cazo a fuego medio. Cuando esté dorada el azúcar, añadimos el agua ya caliente y dejamos que se diluya el caramelo mientras cuece. Retiramos del fuego y dejamos que se enfríe.

   Desmoldamos el bizcocho que gracias al papel vegetal, nos será mucho más fácil porque no quedará pegado al fondo. Con ayuda de un cuchillo y un cortador de alambre, cortamos los bordes y hacemos planchas para sacar tres alturas.


   Mezclamos el queso mascarpone con la mermelada restante hasta obtener una crema y guardamos en el frigorífico.


   Montamos la mitad de la nata y le añadimos la crema de queso poco a poco para que nos quede lo más compacta posible. Reservamos en la nevera.


   Procedemos a montar la tarta pincelando con almíbar la base del bizcocho.


   Cubrimos con parte de la nata mezclada con el queso y la mermelada, teniendo en cuenta que tenemos que dejar para otra capa entre los bizcochos y para el decorado.


   Colocamos la segunda plancha de bizcocho y procedemos a realizar la misma operación de pincelado y cobertura.


   Por último, colocamos la tercera plancha de bizcocho a la que también le ponemos un poco de almíbar y metemos en el frigorífico para evitar que pierda consistencia mientras montamos el resto de la nata a la que pondremos el azúcar glas para que nos quede un poco dulce, pero sin excedernos.

   Procedemos a cubrir toda la tarta con la nata empezando por arriba y una vez igualado, pasamos a cubrir los laterales. Reservamos en el frigorífico tapada con la tapa del portatartas.


   Para hacer las flores violetas, cogemos pequeñas porciones de fondant y vamos formando los pétalos uno a uno.


   Cuando tengamos los cuatro, se unen por la parte del pico presionando ligeramente y se dejan que endurezcan sobre un papel vegetal. Un consejo para que no se quede pegado el fondant a los dedos es pasarlos ligeramente por harina.


   Por fin, llegamos al momento más creativo y que, como ya os he dicho, cada uno puede hacer la decoración que más le guste.

   Ponemos el resto de la nata con sabor a frutas del bosque y queso en una manga pastelera y formamos pequeñas ondas o montículos en la base y superficie de la tarta. Colocamos las flores a nuestro capricho y le ponemos una perla en el centro. espolvoreamos con unos corazones de azúcar acordes en color y lista para servir.

   Es muy importante poner el fondant en el momento de presentar la tarta para evitar que se deforme con la humedad.

lunes, 22 de agosto de 2016

Salmorejo de tomates amarillos al aroma de hierbabuena


   *** No hay nada como tener amigos que te obsequian con unos pocos productos de su huerto, y reinventar con ellos platos de nuestra gastronomía.

   Le tengo que dar las gracias a Myk por haberme regalado estos deliciosos tomates e incitarme a elaborar esta versión del salmorejo.


   INGREDIENTES:

 - 400g de tomates amarillos
 - 20g de miga de pan del día anterior
 - 1/4 de diente de ajo pequeño
 - 2 cucharadas de aceite de oliva virgen
 - Sal
 - Azúcar
 - 6 hojas de hierbabuena pequeñas

   ELABORACIÓN:

   Lavamos los tomates para quitar la suciedad que puedan tener en la piel. 

   Con mucho cuidado, pelamos los tomates procurando que salga una tira entera de toda su piel y elaboramos con ella unas pequeñas rosas. ( Ver cómo se hace en la receta de "rosas de tomate para decorar" de este blog )

   Troceamos los tomates retirando la parte dura que une al tallo y metemos en un vaso para triturarlos con ayuda de una batidora de mano junto con el cuarto de ajo y un poco de sal.

   Colamos el puré de tomate para separarlo de las semillas y que nos quede fino de textura.

   Lo volvemos a pasar al vaso de la batidora y le incorporamos la miga de pan troceada. Mezclamos con ayuda de una cuchara y dejamos que se humedezca durante unos minutos.

   Trituramos de nuevo y añadimos parte del aceite, dejando un poco para decorar. Probamos para cerciorarnos que está a nuestro gusto, y si lo notamos ácido, podemos poner un poco de azúcar.

   Vertemos el salmorejo en unos platitos no muy profundos y los colocamos en una fuente dejando un espacio libre.

   Cogemos de nuestra maceta unas hojas de hierbabuena, las lavamos y comenzamos a decorar poniendo un hilo de aceite sobre el salmorejo y dos hojas en los extremos de los platos.

   Con ayuda de la punta de un cuchillo y mucho cuidado, colocamos las rosas de tomate junto a las hojas de hierbabuena que hay en los platos de salmorejo. En el hueco que nos queda libre de la bandeja, distribuimos un pequeño ramo de rosas de tomate decorado también con hojas.

   Esta es una decoración muy floral, pero también se puede presentar con el clásico huevo cocido y el picadillo de jamón, aunque no le quedaría mal unos picatostes o un poco de cebolla crujiente para variar la receta.

   


viernes, 5 de agosto de 2016

Humus de garbanzos cocidos,cominos y pimentón.


   *** Seguro que en muchas ocasiones, no apetece tomar legumbre porque hace calor, pero seguro que si presentamos un entrante o un aperitivo de humus bien aliñado y fresquito, lo tomamos casi sin darnos cuenta.

   INGREDIENTES:


 - 1 tarro de garbanzos cocidos.
 - 1/4 de vaso de agua fría.
 - 2 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen.
 - Pimentón dulce de La Vera al gusto.
 - Cominos molidos al gusto.
 - Sal al gusto.
 - Limón al gusto.

   ELABORACIÓN:

   Ponemos los garbanzos en un colador y los lavamos hasta que no les quede líquido de conservación. Escurrimos bien y pasamos a una jarra o vaso para batidora.

   Les añadimos el agua, procurando no ponerle toda, ya que siempre es mejor añadir poco a poco para no pasarnos y encontrar el punto justo de espesor.

   Pasamos por la batidora de mano hasta obtener una crema densa.

   Agregamos el aceite, el pimentón, los cominos, la sal y el zumo de limón en proporciones no muy grandes. Seguimos batiendo y probamos hasta encontrar el punto adecuado de sabor añadiendo condimentos.

   Dejamos enfriar en el frigorífico una hora aproximadamente, aunque está mucho mejor de un día para otro porque se concentran los sabores y el reposo los acentúan. Servimos en un bol una cantidad adecuada.

   Decoramos con un poco de pimentón y de comino molido.

   Acompañamos con pan tostado o regañá. Os aseguro que habrá quien se lo coma con cuchara dejando a un lado el pan.


Cocción del huevo duro perfecto


    *** ¿Cuántas veces hemos cocido huevos y se nos han roto a la hora de ponerlos en el agua hirviendo, o para evitar que se rompan los dejamos en el agua del cazo hasta que rompe a hervir y se nos pasan de cocción?

   Para que no suceda esto, aquí tenéis un truco muy sencillo que siempre nos dará resultado y quedarán los huevos perfectamente cocidos y no se romperá la cáscara.



   INGREDIENTES:

 - 2 huevos frescos de entre 60 y 70g
 - Agua


   ELABORACIÓN:

   Ponemos abundante agua en un cazo al fuego y dejamos que se caliente. Mientras tanto, lavamos los huevos y practicamos una pequeña incisión con ayuda de un tenedor o un alfiler en la parte de la base, que es la menos picuda y más plana.


   Cuando rompa a hervir el agua del cazo, sumergimos los huevos con ayuda de una cuchara y les dejamos cocer durante 10 minutos exactos.

   Transcurrido este tiempo, les quitamos el agua caliente.


   Refrescamos con agua fría del grifo y dejamos un minuto que se atemperen y cese la cocción.


   Sacamos del agua fría y ya los podemos pelar dando unos pequeños golpes en la cáscara.


   De esta forma tan sencilla podemos tener la clara y la yema perfectamente cocida sin pasarnos en la cocción y degustar unos huevos jugosos y en su punto.