*** Estas magdalenas son muy fáciles de hacer, sólo hay que tener un poco de imaginación y darles un toque colorista a algo tan común como unas simples magdalenas. Es tan sencillo como poner unos moldes de papel de colores, añadir un trozo de manzana y dar brillo con un poco de mermelada. El cambio es espectacular, y seguro que estos pequeños "retoques", las hacen diferentes a la vista de todos.
INGREDIENTES:
- 1 yogur de limón
- 1 medida del yogur de aceite de girasol
- 2 medidas del yogur de azúcar
- 3 medidas del yogur de harina de trigo fina
- 3 huevos frescos
- 1 sobre de levadura en polvo
- 1 limón
- 1 manzana golden
- 1 cucharada de agua
- 1 cucharada de mermelada de naranja
- Canela en polvo
ELABORACIÓN:
* Encendemos el horno a 180º posición aire forzado, o en su defecto calor en parte baja. Rejilla a media altura.
Preparamos un bol y en él rallamos la piel del limón que habremos lavado muy bien para quitar toda la suciedad que pueda tener.

Vaciamos el yogur de limón y utilizamos el envase como medida.
Añadimos una medida de azúcar al bol, dejando la otra medida pendiente para otro momento.
Incorporamos una medida de aceite y mezclamos estos ingredientes con unas varillas manuales.
Exprimimos el zumo del limón y lo colamos para dejarlo sin semillas.
Pelamos la manzana y le quitamos las semillas con ayuda de un vaciador especial para ello.
Hacemos rodajas finas toda la manzana y la colocamos en una bandeja con el azúcar de la medida que no hemos puesto a la mezcla del yogur.

Regamos la manzana con el zumo de limón y dejamos que macere mientras seguimos elaborando la masa.
Incorporamos los huevos a la mezcla y los batimos para que se integren bien en la crema.
Tamizamos las tres medidas de harina junto con la levadura para que se suelte y no haga grumos.
Mezclamos la harina con la crema del bol haciendo movimientos envolventes y rápidos para que nos quede una masa fina.
Escurrimos el jugo que cubre las rodajas de manzana sobre la masa y seguimos removiendo un poco más.
Colocamos los moldes de papel dentro de un molde para muffins y rellenamos éstos con la masa sin llegar a llenarlos. Lo normal es dejar una tercera parte sin rellenar porque la masa sube bastante durante la cocción.

Colocamos sobre la masa media rodaja de manzana o una entera si su diámetro no supera el del molde.
Espolvoreamos un poco de canela en polvo por encima de cada molde y metemos al horno durante 15 minutos aproximadamente. El tiempo depende del horno que tengáis.
Mientras se hornea la primera tanda, vamos rellenando los otros moldes siguiendo los mismos pasos.
Antes de sacar las magdalenas del horno, comprobamos que están cocidas dando un golpe seco al molde. Si no bailan, podemos pincharlas para cerciorarnos de que están completamente cocidas.
Sacamos las magdalenas del molde metálico para que no sigan cociendo y las colocamos sobre una rejilla. De ésta forma se enfrían antes y no se quedan secas por el exceso de calor.
Las dejamos que se templen un poco mientras preparamos una mezcla con una cucharada de agua templada y otra de mermelada de naranja o de albaricoque. Lo batimos bien para que la mermelada quede fluida.
Con ayuda de un pincel de silicona, pincelamos todas las magdalenas. Este toque les da mucho brillo y cambia por completo su aspecto.
Ahora solo queda dejar que terminen de enfriar antes de guardarlas en un recipiente para que no se sequen ni se pongan duras, aunque dado el aspecto, dudo mucho que lleguen al final del día.
*** El otro día me comprometí con los oyentes de un programa de radio al que concedí una entrevista, que elaboraría una receta sencilla.
He pensado, que se podría hacer un pudin dulce con las magdalenas y los melocotones que quedaron sobrantes de los talleres impartidos por mí en el foro de economía celebrado días atrás. Es una forma de reciclar y hacer que algo tan simple como unas pocas magdalenas y unos trozos de melocotón se pueda convertir en un postre delicioso para toda la familia.
INGREDIENTES:

- 6 magdalenas sobrantes
- 2 o 3 medios melocotones en almíbar
- 3 huevos frescos
- 1 vaso de leche entera
- 2 cucharadas de azúcar
Para el caramelo
- 3 o 4 cucharadas de azúcar
- 1 cucharadita de zumo de limón
ELABORACIÓN:
* Encendemos el horno a 160º con calor en parte baja. Rejilla a media altura. Metemos una fuente con la mitad de su capacidad llena de agua para que se caliente mientras procedemos a la elaboración del pudin.
Colocamos el molde o flanera sobre el fuego al mínimo e incorporamos el azúcar. Cuando veamos que empieza a humedecerse, le añadimos el zumo de limón y removemos para que se mezcle bien. Dejamos que se dore muy despacio sin quitarle atención porque se puede quemar en un instante y tendríamos que volverlo a hacer.
Cuando tengamos el azúcar caramelizada, nos protegemos las manos con unos guantes de cocina y movemos el molde de forma que el caramelo cubra las paredes de éste a la vez que se va solidificando. Dejamos el molde en un lugar frío y protegido con los guantes para evitar que alguien lo toque y se queme.
Batimos los huevos, le añadimos el azúcar y mezclamos con ayuda de unas varillas o tenedor. Mientras realizamos esta operación, podemos templar la leche en el microondas.
Troceamos las magdalenas no muy pequeñas y les añadimos la leche templada.
Troceamos los melocotones sobrantes que tenemos en almíbar con ayuda de un cuchillo y un tenedor, dejando los trozos en forma de dados pequeños. Si queréis, se pueden añadir un par de cucharadas de almíbar para que aporte un poco de sabor al pudin.

Mezclamos las magdalenas ya empapadas en leche a los huevos batidos. Removemos un poco para que se mezcle ligeramente.

Añadimos después los trocitos de melocotón y volvemos a remover para que se distribuyan por la masa formada con las magdalenas.
Rellenamos el molde o flanera que tenemos caramelizada con la masa anterior y la metemos dentro de la fuente que tenemos con agua caliente dentro del horno. A esto se le denomina baño María, aunque seguro que muchos de vosotros ya lo sabíais.
Dejamos que se cocine a 160º durante 45 minutos. Transcurrido éste tiempo, pinchamos el centro, y si sale el palillo manchado habrá que dejarlo otros 10 minutos más.
Una vez cuajado, lo sacamos del horno y dejamos que se enfríe a temperatura ambiente antes de taparlo y guardar en el frigorífico donde lo dejaremos como mínimo 2 o 3 horas.
Para servir el pudin, tenemos que pasar un cuchillo con punta roma por toda la pared del molde y sumergir durante un instante la base del molde en agua caliente para que el caramelo se reblandezca y nos deje desmoldar el pudin sin problemas.

Una vez desmoldado, lo podemos decorar con unos gajos de melocotón y servir fresquito.

Seguro que a muchos les gusta esta "dulce forma de reciclar".