*** En realidad, estos pastelitos de merluza se hacen como el pudín, pero en lugar de hornearlo en un molde rectangular, los he horneado en un molde para 12 unidades individuales. De esta forma se puede jugar un poco más con la presentación y las porciones son todas iguales.
INGREDIENTES:
- 75g de miga de pan
- 3 huevos frescos
- 3 o 4 cucharadas de salsa de tomate
- 200ml de nata líquida
- 500g de merluza congelada
- 1 hoja de laurel
- Agua y sal para la cocción
- Mantequilla para el molde
- 50g de brotes de lechugas variadas
- 3 o 4 hojas de hierbabuena
- Pimienta recién molida
- Aceite de oliva virgen
- Sal en escamas
ELABORACIÓN:
* Encendemos el horno a 190º con calor en parte baja. Rejilla a media altura.
Metemos en el horno una bandeja lo suficientemente grande para que nos entre el molde de los pastelitos dentro con una cuarta parte de su capacidad cubierta de agua para que empiece a calentarse.
En una olla ponemos agua con un poco de sal y una hoja de laurel. Cuando comience a hervir, metemos los filetes de merluza ya descongelados y dejamos que cuazan durante 2 minutos. Se retiran del agua para que se templen. Podemos guardar el agua para elaborar una sopa de pescado o para añadir a un arroz de marisco.
Con el pan que nos ha quedado del día anterior, le quitamos la corteza y desmenuzamos la miga.
Batimos los huevos y se los añadimos al pan para que se reblandezca. De vez en cuando lo batimos con el tenedor hasta conseguir una masa homogénea y ligera.
Limpiamos el pescado de posibles espinas y desmenuzamos ayudándonos con los dedos, ya que al tacto podemos notar mejor donde hay una espina y la carne del pescado queda abierta en gajos.
Agregamos a la masa de pan la salsa de tomate y mezclamos hasta que adquiera un tono rosado fuerte.
Incorporamos la nata y seguimos moviendo para que se ligue bien con el resto de los ingredientes.
Por ultimo, añadimos el pescado junto con una pizca de sal y algo de pimienta molida. Removemos y reservamos.
Untamos los huecos del molde con mantequilla y rellenamos con la ayuda de una cuchara las tres cuartas partes de su capacidad.
Metemos el molde en la bandeja que tenemos con agua en el horno y dejamos que se hornee al baño María durante 20 minutos.
Para comprobar que están cuajados los pastelitos, pinchamos uno con un palillo, y si sale limpio, podemos sacarlos del horno y de la bandeja con el agua.
Dejamos que se templen un poco antes de desmoldarlos ayudándonos con un cuchillo de punta redondeada para separar el pastel de los bordes.
Decoramos los platos donde presentaremos los pastelitos individuales con brotes de lechugas variadas bien limpias y jugando un poco con los colores de éstas.
Colocamos una unidad en el centro de cada plato y aliñamos con aceite de oliva virgen y sal en escamas, pero también se puede salsear con mahonesa o salsa tártara. Picamos unas hojas de hierbabuena, lo espolvoreamos sobre los pastelitos y listo para ser degustados. Se pueden tomar templados o completamente fríos.
*** Esta es una propuesta para mis lectores que quieran ofrecer un postre vistoso y refrescante en una comida o cena entre amigos. Yo os doy la idea, pero vosotros la podéis variar y darle ese toque particular que personalice la receta y la haga vuestra.
INGREDIENTES:

- 1kg de melocotones
- 1 botella de vino tinto
- 1/4 de l de agua
- 150g de azúcar
- 1 rama de canela
- 6 clavos de olor
- Piel de limón
- Frambuesas congeladas
ELABORACIÓN:
Ponemos una olla al fuego mínimo con el azúcar, la canela, los clavos y la piel de limón previamente lavado.
Mientras se carameliza el azúcar, lavamos los melocotones, los seccionamos por la mitad para separar una parte del hueso y la mitad que queda con éste, se vuelve a seccionar para retirar por último el hueso que nos queda en ese cuarto de melocotón.
Sin dejar de mirar y remover de vez en cuando el azúcar, pelamos los cuartos de melocotón que ya tenemos deshuesados reservándolos en un plato.
Cuando tengamos el azúcar ligeramente tostado, le agregamos el vino y subimos la fuerza del fuego para que rompa a hervir y pierda parte del alcohol.
Pasados un par de minutos, incorporamos los melocotones y dejamos que cuezan 10 minutos bajando un poco la fuerza del fuego.
Añadimos el agua y dejamos que se cocines otros 10 minutos más.
Sacamos los melocotones de la olla a una fuente cubriéndolos con su tapa pero sin llegar a taparlos para que se enfríen y no hagan demasiado agua.
Dejamos que reduzca el caldo de la olla hasta obtener una salsa algo ligera. Colamos la salsa en un tarro de cristal y le dejamos el palo de canela, retirando la piel de limón y los clavos. Dejamos que se enfríe antes de taparlo del todo.
Una vez fríos los melocotones y la salsa, se tapan bien y se guardan en el frigorífico hasta el momento de servir.
Presentamos los platos cortando cada cuarto en dos y colocando los gajos de melocotón dejando la parte amarilla hacia fuera formando un rosetón. Salseamos con ayuda de una cuchara y decoramos con unas frambuesas congeladas.
También se puede acompañar de helado de nata, vainilla, frutos del bosque... unas hojitas de menta, etc. Y sobre todo, darle ese toque personal en la presentación que seguro será la firma de cada uno de vosotros.
*** Hoy en día es muy fácil encontrar pasta de colores para elaborar nuestros platos más vistosos. Pero hay que tener en cuenta que la pasta negra tiene un componente muy particular, está hecha con tinta de calamar, perfecta para combinar con productos del mar.
INGREDIENTES:
- 200g de espagueti negro
- 4 piezas de choquito por persona
- 120g de gamba arrocera
- 1/2 cebolleta
- 2 dientes de ajo
- 4 ramas de perejil fresco
- 1/2 vaso de vino blanco
- 3 o 4 cucharadas de nata líquida
- 6 cucharadas de aceite de oliva
- Agua en abundancia
- Sal
ELABORACIÓN:
Los choquitos son sepias muy pequeñas, de unos 8 cm, y no siempre se encuentran en la pescadería, por lo que podemos sustituir los choquitos por chipirones.
Lavamos los choquitos y se deja que escurran.
Lavamos las gambas ligeramente y separamos las colas de las cabezas y pieles.
Ponemos una sarten al fuego con una cucharada de aceite y mientras se calienta, limpiamos y picamos la cebolleta. Añadimos a la sarten junto con una pizca de sal. Tapamos y dejamos que se poche despacio.
LLenamos una olla con abundante agua y la ponemos a hervir junto con dos cucharaditas de sal y un poco de aceite suave para que la pasta quede suelta.
Pelamos los ajos y los troceamos, uno se lo ponemos a la cebolleta y el otro lo metemos en un mortero. Lavamos las hojas del perejil, agregamos la mitad a la sarten y la otra mitad al mortero junto con una pizca de sal. Dejamos que se cocine un poco más el contenido de la sarten mientras majamos el ajo y perejil del mortero al que pondremos dos cucharadas de aceite de oliva virgen y reservamos para aliñar después.
Incorporamos las cabezas y pieles de las gambas a la sarten subiendo la fuerza del fuego. Machacamos las cabezas con ayuda de la cuchara de madera para que suelte su jugo.
Añadimos medio vaso de vino blanco dejando que reduzca mientras se cocina para que pierda el alcohol durante 5 minutos. Si vemos que nos queda poco jugo, se puede añadir algo de agua.
Pasamos el contenido de la sarten a un vaso de batidora, trituramos todo y lo pasamos por un chino para obtener el jugo con el que trabajaremos la salsa.
Ponemos la salsa en una cazuela y le añadimos tres cucharadas de nata líquida, lo mezclamos bien y dejamos que reduzca a fuego mínimo removiendo de vez en cuando para evitar que se quede agarrada al fondo de la cazuela.
Metemos los espagueti en la olla con el agua hirviendo, removemos y dejamos que cuezan 9 minutos o el tiempo que nos indique el paquete.
Calentamos una plancha a fuego fuerte y una sarten a fuego medio, cada una con una cucharada de aceite de oliva.
En la plancha ponemos los choquitos y dejamos que se hagan durante 3 minutos por cada lado.

En la sarten metemos las colas de gamba y salteamos durante un minuto.
Escurrimos los espagueti y si queremos darles un aspecto más brillante, les podemos regar con un poco de aceite y remover para que se impregnen bien.

Montamos los platos poniendo un fondo con unas cucharadas de salsa de marisco.
Sobre la salsa una ración de espagueti negro.
En cada esquina del plato un choquito y sobre la pasta unas colas de gamba.

Terminamos aliñando las sepias y las gambas con el majado del mortero y listo para servir.