martes, 4 de febrero de 2014

Pastelitos borrachos con crema


   ***¿Cuantas veces hemos salido a comprar unos pasteles para ofrecer a las visitas en la hora del café?

   Yo os propongo hacer unos pastelitos que siempre tienen un gran éxito, y desde luego nada que envidiar a los de la pastelería.

   INGREDIENTES:

    Para el bizcocho

 - 3 huevos
 - 90g de harina
 - 60g de azúcar
 - 30g de mantequilla
 - 1 cucharadita de esencia de vainilla
 - Una pizca de sal

   Para la crema

 - 300ml de leche entera
 - 60g de azúcar
 - 1 huevo entero y 2 yemas
 - 1 cucharada de harina de maíz
 - 1 palo de canela
 - 1 piel de naranja seca
 - Canela en polvo

   Para el almíbar

 - 100ml de agua
 - 1 vaso de chupito de ron
 - 100g de azúcar

   ELABORACIÓN:

   Ponemos una cazuela al fuego con la leche, el palo de canela y la piel de naranja. Dejamos que se caliente despacio y cuando comience a hervir apagamos el fuego y tapamos. Dejamos que se temple un poco.

   En otro cazo, hacemos el almíbar con el agua que pondremos a hervir y a la que añadiremos el ron y el azúcar. Removemos y dejamos que reduzca bajando la fuerza del fuego al mínimo. Cuando nos quede un jarabe ligero, lo retiramos del fuego y dejamos que se enfríe.

   En un bol pequeño ponemos el huevo entero y las yemas junto con el azúcar. Lo batimos con ayuda de la batidora eléctrica al mínimo de potencia y reservamos.

   Destapamos la leche y le quitamos la canela y la piel de naranja. Añadimos la cucharada de harina de maíz que diluimos con ayuda de unas varillas.

   Ponemos al fuego suave la olla y agregamos los huevos batidos. 

   Sin dejar de mover las varillas, dejamos que se caliente la leche y cuando comience a espesar, batiremos con más energía para evitar que se hagan grumos hasta que obtengamos la crema. Retiramos del fuego y dejamos que se enfríe.

   * Encendemos el horno a 170º posición aire forzado, o en su defecto calor en parte baja. Rejilla a media altura.

   En un bol grande ponemos la harina, el azúcar, la sal y las yemas de huevo, separando las claras en otro bol.

   Si tenéis miedo de que se os rompan las yemas con la cáscara del huevo cuando las separéis, se pueden poner uno a uno los huevos en el bol y coger las yemas con los dedos. De ésta forma evitamos que se rompan, aunque las manos deberán estar extremadamente limpias.



   Montamos las claras con ayuda de las varillas eléctricas y les añadimos la esencia de vainilla.



   Seguimos batiendo para que la esencia se reparta por todas las claras. Reservamos en el frigorífico.


   Mezclamos con las manos el contenido del otro bol. Una vez ligados todos los ingredientes, añadimos la mantequilla fundida y seguimos amasando.

   Sacamos las claras del frigorífico y las vamos añadiendo poco a poco a la masa anterior que mezclaremos con ayuda de unas varillas haciendo movimientos envolventes.

   Cuando terminemos de incorporar la totalidad de las claras, nos quedará una crema esponjosa que pondremos en una fuente de horno forrada con papel vegetal.

   Extendemos moviendo la fuente para que la crema cubra la totalidad de la superficie. Metemos en el horno durante 8 o 10 minutos.

   Sacamos del horno y dejamos que se enfríe sin sacar de la fuente.

   Cuando se haya enfriado, lo cubrimos con un paño y le damos la vuelta para despegar el papel vegetal del bizcocho que volveremos a dejar como estaba.


   Empapamos el bizcocho con el almíbar dejando un poco de éste reservado en el cazo.



   Extendemos la crema sobre toda la superficie con ayuda de una pala larga.


   Le espolvoreamos canela en polvo y dejamos que repose un poco.

   En una fuente que tenga fondo y se pueda tapar, ponemos moldes de papel de los que tenemos para hacer las magdalenas y les incorporamos un poco de almíbar.

   Cortamos la plancha de bizcocho con un cuchillo bien afilado primero en horizontal y luego en vertical para hacer unos cuadrados del tamaño adecuado a los moldes.

   Ponemos dos cuadrados de bizcocho con crema uno sobre otro en cada uno de los moldes de papel hasta que no nos queden cuadrados. Añadimos un poco más de almíbar si nos quedase en el cazo. Los tapamos y metemos al frigorífico hasta la hora de servirlos

   Presentamos los pastelitos en un plato espolvoreando un poco de canela molida y listos para degustar.

    

  

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