En este blog podéis encontrar recetas sencillas con las que aprender a cocinar platos dulces o salados que nos abrirán un mundo de sabores, texturas y emociones para el paladar.
martes, 28 de enero de 2014
Caracola rellena de espinacas y queso
*** Presentar un plato algo más elaborado y con una presencia bastante atractiva, hace que nuestros comensales se queden sorprendidos y maravillados por ese detalle.
Ya os he comentado en alguna ocasión que cocinar es imaginar, crear y gozar con los resultados de nuestro trabajo.
INGREDIENTES:
- 1 paquete de pasta filo
- 450g de espinacas congeladas
- 6 champiñones pequeños
- 150g de beicon
- 150g de queso de Burgos
- 150g de queso de untar
- 2 cucharadas de queso parmesano rallado
- 200ml de nata líquida
- 3 huevos frescos
- 2 dientes de ajo
- 1 cucharadita de hierbas provenzales
- 3 cucharadas de aceite de oliva
- Sal
- Huevo batido y aceite para pincelar la pasta
ELABORACIÓN:
El relleno de las caracolas lo podemos elaborar el día anterior porque necesita estar frío en el momento de rellenar.
Limpiamos los champiñones de la tierra que tienen en el tronco cortando esa parte con un cuchillo y los lavamos un poco. Fileteamos y salteamos en una sarten con una cucharada de aceite junto con los ajos troceados. Retiramos a un plato y reservamos.
En la misma sarten, doramos el beicon que habremos cortado en tiras finas.
Mientras se nos hacen los champiñones y el beicon, podemos descongelar las espinacas en el microondas.
Retiramos el beicon cuando tenga un color tostado al mismo plato de los champiñones.
Agregamos dos cucharadas de aceite a la sarten y cuando tome temperatura, incorporamos las espinacas ya descongeladas. Salamos ligeramente y dejamos que se cocinen tapadas durante 10 minutos removiendo de vez en cuando.
Transcurrido éste tiempo, añadimos los champiñones y el beicon. Mezclamos todo y retiramos del fuego.
En un bol, ponemos los tres huevos, el queso de Burgos, el queso de untar y lo batimos todo con ayuda de una batidora eléctrica.
Colocamos la sarten al fuego y agregamos la nata removiendo con el tenedor de madera y seguido la mezcla del bol. Condimentamos con las hierbas provenzales y cocinamos a fuego suave sin dejar de mover.
Cuando tengamos las espinacas con una textura cremosa, añadimos el queso parmesano y dejamos que terminen de hacerse durante 2 minutos más.
Retiramos del fuego y pasamos el relleno a una fuente para que se enfríe. Una vez frío, lo tapamos y guardamos en el frigorífico o comenzamos a rellenar la pasta filo.
* Encendemos el horno a 180º posición aire forzado, o en su defecto calor arriba y abajo. Rejilla a media altura.
Extendemos dos láminas de pasta filo sobre la encimera y las colocamos contrapeadas una de la otra. Pincelamos la superficie de la lámina que nos queda en la parte superior con un poco de aceite.
Ponemos el relleno siguiendo el borde le la lámina, pero dejando una distancia de unos 5cm y procurando no poner demasiada cantidad.
Cubrimos el relleno con las dos láminas de pasta formando un cilindro no muy apretado.
Enroscamos el cilindro con mucho cuidado y sin presionar demasiado para evitar que se rompa la pasta. Repetimos la misma operación hasta terminar el relleno.
Si nos salen demasiadas caracolas, podemos congelar algunas envueltas en papel vegetal para otra ocasión.
Colocamos las caracolas en una bandeja de horno forrada de papel vegetal y las pincelamos con huevo batido.
Metemos al horno durante 30 minutos. Si durante éste tiempo vemos que se doran demasiado, bajamos la temperatura del horno para que no se quemen y se hagan por dentro.
Sacamos del horno y dejamos que reposen un par de minutos antes de servirlas.
Las presentamos de forma individual decoradas con unas hojas de albahaca o de menta.
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