Empanada de bonito

*** Hacer una empanada no lleva mucho tiempo si somos organizados y previsores. Además, para hacer la masa nos pueden ayudar los niños ya que les encanta amasar.


   INGREDIENTES:

 * Para la masa

 - 250ml de aceite de oliva suave
 - 250ml de vino blanco para cocinar
 - 500gr de harina de trigo fina mínimo
 - 1 cucharadita rasa de sal
 - 1 cucharadita rasa de levadura en polvo
 - 1 sobre de gasificante para repostería
 - Mantequilla para el molde
 - 1 huevo fresco batido 

  * Para el relleno

 - 3 o 4 pimientos del piquillo de lata
 - 300gr de bonito en aceite
 - 2 cebollas grandes pochadas
 - 350gr de salsa de tomate casero


   ELABORACIÓN:

   Si somos previsores, podemos trabajar el doble de cantidad y guardar en el congelador parte de la masa.

   En un bol grande, ponemos el aceite, el vino, la sal y vamos añadiendo poco a poco harina mientras mezclamos con un cucharón de madera. Cuando tengamos una crema, incorporamos la levadura y el gasificante. Seguimos removiendo sin dejar de incorporar harina.

   Cuando lleguemos al punto de que no se puede seguir mezclando con el cucharón, metemos la mano para continuar añadiendo harina sin dejar de amasar, pero una vez que se despegue un poco la masa de las paredes del bol, ponemos harina en la encimera y volcamos la masa sobre ella para seguir amasando mientras añadimos harina hasta que la masa se despega totalmente de los dedos y no se agarre a la encimera.  Es probable que necesite más de 1/2kg de harina para que la masa quede en su punto.

   En este momento, tendremos que coger fuerzas y amasar durante 10 minutos como mínimo. Volvemos a meter la masa en un bol, la tapamos con un paño y dejamos reposar durante 1/2 hora en un sitio templado.

   Una vez tengamos la masa reposada, la podemos envolver en film transparente y guardar en el congelador para sacarla el día que nos haga falta, pero si queremos hacer la empanada ese día, mientras reposa, podemos preparar el relleno.

   *** Encendemos el horno a 190º  en posición aire forzado, o en su defecto, 180º con calor en parte baja. Rejilla a media altura.

   Como ya comenté en otra ocasión, podemos tener guardado en el congelador salsa de tomate en tarros y cebolla ya hecha para no tenerlo que hacer en el momento de rellenar la empanada. Pero si solo tenemos el tomate, ya es un adelanto.

   Preparamos una sartén con dos cucharadas de aceite y ponemos al fuego. Mientras se calienta, limpiamos las cebollas y las partimos en juliana fina, las agregamos al aceite ya caliente con una pizca de sal y las tapamos para que no pierdan jugo. Removemos de vez en cuando.
 
   Colocamos un colador metálico sobre un cuenco y vamos colando el bonito para que  no le quede mucho aceite.

   Con ayuda de un cuchillo, hacemos tiras de los pimientos procurando que no les queden semillas.

   Cuando tengamos todos los ingredientes ya preparados, procedemos a estirar la mitad de la masa sobre la encimera enharinada, dando la forma y el tamaño aproximado del molde, dejándola con un grosor de 3 o 4 mm

   Engrasamos el molde y para poder pasar la masa a éste, tenemos que enrollarla en el rodillo y desenrollar sobre el molde, pero si esta operación os resulta muy complicada, podéis poner papel vegetal en la encimera algo humedecida y estirar la masa sobre él, pero sin poner harina en el papel.

   Rellenamos la masa ya colocada en el molde poniendo primero la cebolla, después el pimiento bien repartido, luego el bonito y por último el tomate. 

   Estiramos la otra mitad de la masa y la colocamos tapando el relleno. Recortamos los bordes con unas tijeras y los doblamos hacia dentro presionando masa contra masa con los dedos. Pincelamos con huevo batido y pinchamos para que no se infle y se rompa.

   Metemos en el horno durante 45 minutos bajando a 180º hacia la mitad de la cocción para que no se queme y se quede bien hecha la masa por la parte de abajo. 

   Si pasados los 45 minutos vemos que le queda un poco por hacer, la dejamos otros 10 o 15 minutos más.

   Sacamos del horno y dejamos que se enfríe en el mismo molde.

   Se puede comer templada o fría del tiempo, por lo que si la guardamos en el frigorífico, la tendremos que sacar un rato antes para que no esté tan fría.